Sombra

Al poco tiempo aquel edificio se ocupó por completo, poco a poco los departamentos fueron llenándose de gente, niños y ruido sepultaron la otrora tranquilidad de aquel lugar, ya no le vi de nuevo, pero en algunas noches especialmente oscuras, aquellas que estaban cargadas de malos momentos acumulados en el día, me parecía verle en el reflejo de las ventanas donde no había nada, en la puerta de la recamara cuando no estaba despierto y sin estar dormido aún, y en la sensación de una mirada fija y helada en el medio de la noche. A veces creía que todo aquello no pasó jamás, que fue solo un sueño, producto de mis deseos, de mis miedos. Cuando casi todo recuerdo parecía olvidado, cuando la rutina lo inundaba todo, una noche especialmente cansada, cuando dormía profundamente, una sensación fría cruzó mi cuerpo, no fue necesario ver el reloj, sabía la hora, me incorporé un poco, buscaba sin ver en la oscuridad, no podía ver nada, pero sabía que estabas ahí, te acercaste lentamente a mi, quitaste mi playera, arrancaste mis bóxer, tus labios tocaron los míos con la intensidad de un hambriento, sorbías mi aliento, mordiendo mis labios, bajando por mi cuello, mordiendo y besando cada lugar, cada camino hasta llegar al pecho, bajar al estómago, tomarme entre sus manos, me voltea a ver fijamente a los ojos un instante antes de introducirlo por completo en su boca...

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