Desperté al sentir algo que caminaba sobre mí, sobresaltado intente levantarme, no pude más que girar la cabeza en una oscuridad completa, un pequeño maullido me hizo saber que aquello en mi espalda era un gato, pero ¿cómo llego ahí? el no poder moverme ya era una sensación conocida, el miedo me invade, se acerca a mi cuello, pasa su lengua por mis oídos creando corrientes eléctricas en todo mi cuerpo, su lengua no es la de un felino, es suave y tibia y se dirige en su húmedo camino a mi cuello y barbilla, una de sus patas se posa en mi cuello presionándolo, siente mis intensas palpitaciones y parece buscarlas, su olfato busca mi sangre. Me gira de pronto, ya no es un felino lo que tengo sobre mí, es ella, una hermosa mujer de piel fría y blanca, mis manos están sobre mis piernas, ella se sienta sobre ellas, su mirada intensa me observa divertida, se recuesta sobre mi pecho, busca el latir de mi corazón, se levanta, sus manos dejan de presionarme para dirigirse a su pecho, se toca ...