Beso

¡Qué sola estabas por dentro!

Cuando me asomé a tus labios
un rojo túnel de sangre,
oscuro y triste, se hundía
hasta el final de tu alma.

Cuando penetró mi beso,
su calor y su luz daban
temblores y sobresaltos
a tu carne sorprendida.

Desde entonces los caminos
que conducen a tu alma
no quieres que estén desiertos.

¡Cuántas flechas, peces, pájaros,
cuántas caricias y besos!

Comentarios

Ya no antonjes los besos :P

Sólo que me imaginé una lengua muy larga :-s el faringe y esófago... ay, qué poco poética :D
Unknown dijo…
¿besos sabor a kiwi?

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