Caníbal


El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.
Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned ante ese mal y ese recelo,
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo...

Rubén Darío


Con indiferencia te recuestas sobre la cama, tu desnudez ilumina todo el cuarto, la mirada perdida en algún punto lejano de la eternidad, sabes que te observo, sabes que te deseo, finges no notarme, finges no sentir, no te lo permites, pero tu piel me llama, tu piel grita ante la desesperación contenida, el calor llega a extremos insoportables, como felino hambriento, me acerco a ti, sigiloso, atento a cada movimiento, a cada respiración tuya, sin tocar apenas el suelo, ocultándome entre la hierba, una nube oculta la luna, nos sumerge en una completa oscuridad, nuestros ojos brillan buscando, deseando, temiendo al enemigo, la luna surge nuevamente tras una eternidad me revela a tus pies, sobresaltada, te contienes de huir, tu piel espera con temor por mi ataque, que demoro al máximo, finalmente te empiezo a devorar, en riguroso orden, mis labios, mi boca, mis dientes empiezan por los dedos del pie izquierdo que sobresaltado trata de huir, el deseo lo detiene, recorro lentamente el arco, el talón, la planta, continuo con el otro, en mismo orden mis dentelladas lo devoran sin piedad y continúan subiendo por tus tobillos, el sabor de tu piel aumenta mi hambre de ti, avanzo por las rodillas y me tomo un poco mas de tiempo saborear detrás de ellas, tus piernas, al poco reciben también mi hambrienta boca, el banquete me toma deliberadamente más tiempo, hasta que en un susurro pides que continúe, pero no, aun no, con violento movimiento te coloco bocabajo, saboreo la deliciosa curva de tus nalgas que prometen una larga y lenta faena, su suavidad, su sabor son extraordinarios, pero debo seguir adelante, aun queda camino que recorrer, desciendo por la parte baja de tu espalda, tu piel tiembla al sentir mi avance, pero no me detienes, incluso de tus labios surge un murmullo que me invita a continuar, mi ataque continua lento por la espalda, saboreo cada centímetro de tu piel, cada gota de sudor, cada vibración que provocan mis dientes sobre tu carne, mi avance el lento, centímetro a centímetro, pero no se detiene, continua imparable, tu inmovilidad solo me incita a continuar, al finalizar con tu espalda, y cuando te preparas para un ataque a tu cuello, me detengo bruscamente, tu cuerpo se tensa, espera un nuevo ataque, pero no haces nada por detenerlo o alentarlo, me tomo mi tiempo, dejo que mi aliento te acaricie, la temperatura aumenta, colocándote nuevamente boca arriba, por primera vez en la noche, tu mirada se dirige a mi, en ella veo el reflejo de la noche, de las estrellas testigos únicos del festín, esperas un ataque mas salvaje, pero cambio mi táctica, te tomo una mano y beso tus dedos, los devoro uno a uno, ahora con un suave ataque, avanzando con la misma ternura recorro tu brazo, muerdo suavemente tu codo, mis labios juegan un rato con tu hombro, rodean tu cuello y bajan a tus senos que tiemblan al contacto, les rodeo por debajo y subo por el medio en pequeñas mordidas, me dirijo a tu pezón izquierdo y mis dientes, apenas rosando, le saborean, incapaz de contener tu inmovilidad tus brazos me toman de la nuca intentando acercarme mas, pero aparto tus brazos con firmeza, este banquete debe degustarse suavemente, sin prisas, saboreando cada segundo hasta convertirlo en minutos, sin separar mis labios de tu piel repito la operación en tu seno derecho, deteniéndome un poco mas sobre tu pezón, cuando tu piel empieza a temblar, subo nuevamente a tu hombro, bajando por el brazo y mordiendo tu codo, finalizando de la misma forma que empece en el extremo opuesto, con dulces besos a tus dedos, me levanto un momento para observarte por completo, fijo mi mirada en la tuya, adivinando mis intenciones, levantas la cara, dejando al descubierto la tersura de tu cuello, mi ataque retorna con renovada furia, sin piedad mis dientes muerden cada centímetro de tu cuello, haciéndote gemir intensamente, sin poder contenerme, muerdo tus labios, con desesperación respondes por primera vez, y muerdes mis labios también, la lucha inicia, la sangre surge, el banquete empieza...


¿Más Carne Fresca?

Comentarios

natalia dijo…
alonsito... me diste un poco de miedito al principio XDXDXD

un saludo me entretuvo tu post, no podia dejarlo
muy bueno
saludines


nati

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