Dominación

Desperté de pronto, en medio de una oscuridad absoluta, estoy amarrado de pies y manos, la tensión es grande, hace que mis músculos se estiren, ¿cómo pasó ésto? ¿quién me ató a mi propia cama? antes de terminar las preguntas me doy cuenta de que no estoy solo, ella esta ahí, observándome al pie de la cama, sus ojos brillan al encenderse una tenue luz amarillenta que no alcanzo a ver de dónde proviene, tiene un traje de piel negra muy ajustado con un gran escote que llega más abajo de su diminuto ombligo, su cuerpo ya no es tan delgado, hay mas curvas en ella, nuevamente no me es posible emitir palabra alguna, ella parece notar mi miedo y sonríe, trepa la cama gateando en la más perfecta actitud felina, sus grises ojos fijos en los míos, su sonrisa me aterra, se detiene a medio camino, se incorpora y con lentitud se deshace de su ropa, debajo aparece un diminuto conjunto negro en contraste con su piel blanquísima, de pronto su cara está a un centímetro de la mía, su aliento helado enchina mi piel, fija su atención en mi cuello, no sé por qué giro mi cabeza dejándole a su completa merced, sus labios se acercan, rozan apenas la piel del cuello, la oreja, la mejilla, los labios. Con la punta de la lengua me toca, mis labios secos por completo se humedecen con la caricia, pero no se detiene, la lengua baja por mi barbilla y retorna al cuello, sus labios y lengua se disputan la piel, sin previo aviso los dientes muerden justo donde transita la sangre, el dolor es intenso. Pese al miedo y a sentirme completamente indefenso lo disfruto, hay mucho placer en las sensaciones otrora desconocidas. El sabor de la sangre parece inyectarle tremenda energía, sus manos empiezan a tocarme, las afiladas uñas dejan un rojo camino por donde pasan, muerde mis labios haciéndolos sangrar, bebiéndose la sangre con desesperación, baja nuevamente, los labios y lengua se entretienen en mi pecho, su saliva humedece y refresca mi piel, sus manos me atrapan, juegan conmigo llevándome a una desesperante carrera que se detiene justo antes de llegar el clímax, ahora su boca se dirige ahí, al centro de mi cuerpo, no se separa de mi piel, cruza mi vientre en línea recta para detenerse solo a un par de centímetros antes de llegar, voltea a verme antes de introducírselo por completo en la boca, la sensación es tan intensa que a pesar de estar inmovilizado mi cuerpo se arquea, busco introducirme aún más en su boca, no se inmuta, parece disfrutar mi desesperación y se retira poco a poco, dejando que sus dientes se arrastren a lo largo de mi, causándome una extraña combinación de dolor y placer, una vez fuera de su boca se dedica a pasear su lengua por cada rincón, desde la base a la punta,  muerde el tronco arrancándome gemidos, se aparta un poco solo para contemplar su obra, para ver mi desesperación, después de lo cual  arremete con furia, subiendo y bajando a gran velocidad, sus manos arrastran las uñas por mis costados y piernas, no puedo soportarlo más y con una intensidad que nunca imaginé tener, me descargo en ella, una cantidad enorme de liquido sale de mi, ella lo bebe con tranquilidad y placer hasta dejarme seco por completo, el placer ha sido tan intenso que me mareo, se me nubla la vista y pierdo el conocimiento. Despierto al medio día, mis brazos y piernas están adoloridas, una gran debilidad en cada músculo de mi cuerpo, hay pequeñas manchas de sangre en toda la sabana, temblando de frío trato de cubrirme, busco con la mirada a mi alrededor, ahí sólo hay un gran silencio.

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