Me tienes en tus manos...

Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

Jaime Sabines

No podía faltar el contratiempo, sin embargo todo salio bien, según lo planeado, extrañamente. El plan original contemplaba que nos viésemos durante la ceremonia, no fue así, llegue cuando esta ya había terminado, clásico en mi.

Durante todo el camino me invadía el nerviosismo, al llegar se desbordo, mi comportamiento fue mas torpe de lo normal, el verte, tu figura al medio del mundo, tu sonrisa, tus ojos iluminando la noche, nada tan hermoso, me hizo temblar.

Instantes después sentados frente a una taza de café y un par de crepas, nos confesamos el nerviosismo, pero también la decisión de seguir adelante, continuar con lo prohibido, es tan bueno, tan gratificante, el amor siempre estará por encima de las prohibiciones, de los limitantes

Lo siguiente que recuerdo, te tengo entre mis brazos, te beso suavemente, poco a poco correspondes a mis caricias, es incontrolable, toda mi alma sale de mi, ya no hay marcha atrás, tus besos me han creado adicción, tu cuerpo ha despejado el frió de la noche, tu sonrisa ha alejado toda la oscuridad, y lo más extraño, me siento feliz

Ahora estas ahí, permaneces en ese lugar, y yo estoy en tus manos.