Cero en geometría
Henry miró el reloj. Dos de la madrugada. Cerró el libro con desesperación. Seguramente que mañana sería reprobado. Entre más quería hundirse en la geometría, menos la entendía. Dos fracasos ya, y sin duda iba a perder un año. Sólo un milagro podría salvarlo. Se levantó ¿Un milagro? ¿Y por qué no? Siempre se había interesado en la magia. Tenía libros. Había encontrado instrucciones sencillísimas para llamar a los demonios y someterlos a su voluntad. Nunca había hecho la prueba. Era el momento; ahora o nunca.
Sacó del estante el mejor libro sobre magia negra. Era fácil. Algunas fórmulas. Ponerse al abrigo en un pentágono. El demonio llega. No puede nada contra uno, y se obtiene lo que se quiera. Probemos.
Movió los muebles hacia la pared, dejando el suelo limpio. Después dibujó sobre el piso, con un gis, el pentágono protector. Y después, pronuncio las palabras cabalísticas. El demonio era horrible de verdad, pero Henry hizo acopio de valor y se dispuso a dictar su voluntad.
–Siempre he tenido cero en geometría –empezó.
–A quién se lo dices… –contestó el demonio con burla.
Y saltó las líneas del hexágono para devorar a Henry, que el muy idiota había dibujado en lugar de un pentágono.
Comentarios
ya estas en mi blog , pasala chido
ESTTUDIA! JEJEJE
no manches no paro de reirme todavia..
no cabe que hay que saber algo de matematicas es indispensable para la vida
Saludos!!
P.D.Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos.
pos si me gusta lenny y que? juas!! papaseto!!
saludines!!
Saludos!