Gato

Por fin tenia la respuesta, tú misma me la habías dado la pista sin darte cuenta, ¿recuerdas aquella mascota tuya? La otra mitad fue ese extraño y fascinante estado de las 3 de la madrugada, ni despierto ni dormido, ni vivo ni muerto…

El camino fue más fácil de lo que imaginaba, con excepción de los perros que se cruzaron en mi camino, sin embargo la agilidad esta de mi lado y es fantástica.

Mi primer ensayo fue con los de mi propia especie, un tanto extraño aquel grupo de gatos, me creyeron vampiro… bueno, hay algo de eso, me fascina la sangre…

Ya es casi de noche cuando llego a tu casa, trepo a tu cornisa y descanso un poco antes de buscar la forma de entrar, se que en la azotea esta tu perro, y por hoy estoy harto de ser correteado, la ventana es la vía de acceso más indicada, ¿cómo conseguir que la abras? Mirando dentro te descubro, haces tarea y platicas por msn, Inmediatamente recuerdo aquella película, me arreglo un poco el pelaje y golpeando un poco la ventana logro que me notes, trato de imitar lo mejor posible aquella cara capaz de convencer al ogro, de repente me siento estúpido, mi apariencia de gato no es la de un tierno gatito de película, mis ojos son de un rojo intenso y mis colmillos un poco más largos de lo normal, mi pelaje no puede ser más negro, por un instante temo asustarte, pero no eres de las que se asustan tan fácilmente, abres tu ventana y me dejas entrar, en este estado no entiendo lo que dices, pero sé que me das tu aprobación, no puedo evitarlo y empiezo a frotar mi costado en tus pies, la sensación es maravillosa, me tomas con tus mano y levantándome me abrazas, ¡oh Dios! La primer expresión religiosa emitida en toda mi vida, no hay nada mejor que estar entre tus brazos justo en tu pecho, puedo sentir el calor de tu cuerpo, escuchar los latidos de tu corazón, tus dedos que frotan mi espalda, con solo esto me doy por satisfecho, la transformación valió la pena, si en este momento tuviera que pagar el precio, lo haría gustoso.

Pero increíblemente todo sigue adelante, paso el resto de la tarde sobre tus piernas mientras terminas tus tareas, poco después escucho la voz de tus padres que te llaman a cenar, instintivamente corro a esconderme, tu solo ríes y sales a su llamado. Momentos después regresas con un poco de leche para mi, dudo un poco en tomarla, no se si en esta forma me haga daño como cuando era humano, sin embargo el no tomarla sería demasiado sospechoso y me apresuro a tomarla toda, poco antes de terminarla noto que te preparas a dormir, aun siendo gato estoy a punto de ahogarme al ver tu cuerpo, si las diosas griegas tomaran forma humana, tomarían tu cuerpo, pues nada ha existido jamás tan bello, ahora sé por qué tu mascota te espía. Tímido en una esquina no puedo más que mirar, me dices algunas cosas que no puedo entender, pero mi mente no puede más que interpretar cosas prohibidas, debería irme en ese preciso momento, pero no puedo mover ni un musculo, se que está mal que este aquí, que está mal que te vea, que sentir lo que siento por ti es completamente prohibido que soy la peor persona por haber hecho esto, pero no me importa, pague un alto precio por tomar esta forma y debo aprovecharla al máximo.

Cuando te recuestas subo tímidamente a la cama y te observo desde abajo, no me atrevo a acercarme más, pronto caes en un profundo sueño, con todo el sigilo que soy capaz como felino, me acerco a tu cuerpo, apenas cubierto por una sabana. Mi experiencia como humano me hace saber de los puntos más sensibles en el cuerpo junto con mis instintos felinos puedo hacerte sentir el mayor placer. Acercándome a tu pecho empiezo a lamerte los pezones, cuidando que mi lengua áspera no te despierte, tengo la sensibilidad suficiente para reconocer tus reacciones y encontrar los puntos precisos del placer, empiezas a gemir entre sueños, eso me excita aun más y continuo con un poco de mayor intensidad, tan concentrado estoy en mi labor que no me doy cuenta que has despertado y me miras entre la penumbra, al notarlo detengo mis caricias, espero la peor de las reacciones, pero tú me sonríes y me tomas en tus brazos incitándome a que continúe, no me hago de rogar y continuo con más empeño, con mi suave cola empiezo a recorrer tu cuerpo, por los costados, el vientre y cada centímetro de piel a mi alcance, cierras los ojos y levantas la cara en señal de éxtasis, ahora es el momento, lentamente empiezo a bajar mis caricias, lentamente me dirijo al centro de tu ser, y es ahora cuando empieza el juego… ahora sé por qué ronronean…


Otros habitantes de la noche

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