Hace poco más de tres años

Hace poco, en uno de mis terribles sueños me dijiste algo que me atravesó el alma, he estado muy mal, desde antes del cumpleaños de Isaac, no lo olvide, no podría, lo amo con tomo mi ser y está presente en cada instante de mi desagradable y sinsentido, que no se si pueda llamarse “vida”, hace mucho me prometí que no escribiría más cuando me sintiera así, que no dejaría evidencias en este lugar, y es que, se me están acabando las apariencias, ya no puedo seguir fingiendo, creo que mi carácter lo denota, últimamente me dicen que estoy enojado, recuerdo cuanto trabajo me costaba enojarme, ahora todo me molesta, más de lo normal, cada vez soporto menos a la gente, y la soledad que tanto disfrutaba empieza a tener peso, las dificultades se acumulan, los deseos se esfuman, el día de la junta, al llegar a casa, adolorido, cansado, empapado hasta los huesos, me prepare un baño, e inmediatamente me propuse dormir, en ese instante me di cuenta que te había perdido por completo, que ya por fin había llegado la señal a mi cerebro, fue efímero pero contundente, no eras tú quien se había ido, era yo quien estaba más solo, y la extraña y confusa sensación de bienestar y dolor se hizo presente, esa misma noche te hiciste presente, como todas las noches, Luna e Isaac estaba ahí, y desde entonces su presencia me acompaña en las horas de sueño, al despertar la herida es un poco más grande, el dolor habitual en el centro del pecho se hace un poco más intenso, y los deseos de partir se hacen más fuertes.

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