How can I forget your tender smile
Moments that I have shared with you
Our hearts may break
But they're on their way
And there's nothing I can do
Ohh...
So do what you're gotta do
And don't misunderstand me
You know you don't ever have to worry 'bout me
I'd do it again
I can understand that it can't be
Guess it's hard as you were meant for me
But I can't hide my own despair
I guess I never will
Ohh...
So do what you're gotta do
And don't misunderstand me
You know you don't ever have to worry 'bout me
I'd do it again
So tired of life
No fairytale
So hold your fire
'Cause I need you
Ohh...
Just do what you're gotta do
And don't misunderstand me
You know you don't ever have to worry 'bout me
I'd do it again
Do what you're gotta do
And don't misunderstand me
You keep going over every word that we've said
But you don't have to worry
About me
Me gusta dejar comentarios a lo que leo, pero creo que casi nunca entiendo lo que quieres decir en realidad, así que mejor sólo digo "leído", aunque tú no sé si leas, pero no comentas :P
REGLAS: Cada jugador empieza el juego diciendo 8 cosas sobre él mismo. Tienes que escribir las 8 cosas junto con las reglas del juego. Debes invitar a jugar a 8 personas o más y escribir sus nombres. Por último dejar un mensaje en su blog invitándolos al juego. Lo más importante y lo que más amo en el universo son mis dos hijos Luna Elizabeth e Isaac Demian . Son lo primero y lo ultimo en lo que pienso, a pesar de estar lejos de ellos nunca les olvido. Tengo tres adicciones , la computadora, el chocolate y el café. Nunca he fumado, me da güachalas el cigarro y tampoco tomo (oficialmente jamás he estado borracho). Me encanta la música y mis gustos son variados y algo extraños, me gusta la opera, el punk, grunge, el huapango, la música oriental, hindú, árabe, metal, etc. etc. tengo en mi colección de MP3 más de 50,000 canciones. No veo TV y casi nunca escucho la radio. Mantengo mi cabello lo más corto posible, me lo corto por lo general cada semana, a lo más 15 días. Intente suicida...
Aquel beso fue un extraordinario y perturbador obsequio de la vida, aunque suene cursi, no puedo verlo de otra forma; llegó en el mejor momento. Y lo digo no sólo por la adversa reacción que, esa noche, al escuchar mis cuentos sobre erotismo infantil, tuvieron algunos clientes del café donde los leí, sino porque yo misma atribulada por sus impresiones subterráneas, me sentí cual malvada bruja de los tradicioneles cuentos. Sin embargo– como si la juguetona vida, luego de divertirse un poca a mis costillas, hubiera querido congraciarse (pero hija, por qué te afliges tanto, si no andas tan errada; mira, ahí te va eso)– cuando salía del lugar, apareció un chiquillo detrás mío y, poniéndome un dedito en el hombro, dijo: "Oiga, disculpe, ¿podría darle un beso?. Temblé como gota de agua a punto de caer por el filo de una mesa, ante la petición. Acaso no dejaba yo una conflagración moral a mis espaldas; entonces, ¿qué hacía esta criatura pidíéndome semejante cosa?. –Y tú, ¿de dónde sales?...
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