La Incrédula
Sin mujer a mi costado y con la excitación de deseos acuciosos y perentorios, arribé a un sueño obseso. En él se me apareció una, dispuesta a la complacencia. Estaba tan pródigo, que me pasé en su compañía de la hora nona a la hora sexta, cuando el canto del gallo. Abrí luego los ojos y ella misma, a mi diestra, con sonrisa benévola, me incitó a que la tomara. Le expliqué, con sorprendida y agotada excusa, que ya lo había hecho.
-lo sé -respondió-, pero quiero estar cierta.
Yo no hice caso a su reclamo y volví a dormirme, profundamente, para no caer en una tentación irregular y quizás ya innecesaria.
Edmundo Valadés: Las dualidades funestas
Comentarios
changos U.U! es como esas bebidas tan ricas que no quieres que terminen nunca pero se acaban en un momento de arrebatada sed desesperada u.u...
snif....
bueno saluditos estimado colega!
Mi comentario respecto al nuevo template:hey te quedo chingon! yo quiero liberar pixeles en el sidebar, a ver si luego me dices como hacerle XD
saludos-
NTC
Y me gusto muxo este post... eso me gusta leer!
Bss!
me gusto, me gusta la poesia [aunque no paresca =P]
saludines!!