Frío
Mientras mirabas absorta un cartel de alguna película europea, yo me aproximé sigiloso por tu espalda, cuando levantaste la cabeza, acerque mis labios a tu cuello desnudo y con suavidad extrema deposite en tu suave piel un beso, apenas un roce, en el acto tu piel se estremeció y lo que imagine como una sonrisa, no fue sino una mueca provocada por mi aliento helado, frío como el mismísimo infierno, tu reacción fue brusca, como lo esperaba, pero con la gracia propia de tu persona, yo sonreí, por lo menos ahora no recibiría un fuerte codazo en la boca del estómago, como cuando esposos acostumbrabas darme en el momento que se me ocurría acercarme a ti. Cuanta razón tenias al decir que jamás mujer alguna, se enamoraría de mi, por lo menos ninguna viva. Alonso ¿Más Frío? Aditzel Itaka Margarita Hermes