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Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola, como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo, mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Rayuela
Julio Cortázar

Comentarios

Fran Invernoz dijo…
Literatura de alto nivel después de haber celebrado la importancia que tiene el Día del huevo. Buen blog me ha resultado interesante.
Unknown dijo…
Rayuela, mi siguiente acercamiento, quizá el más profundo.


Pienso en Rayuela e inevitablemente me vienen a la cabeza ::

+ Ma Cecilié y sus terrribles deseos de llevarme a Francia,
+ Las largas y aburridas horas en aquel nefasto despacho que gracias a Cortázar se sintieron cortas y amenas,
+ Los sueños donde él aparecía casi palpable (fue una larga y deliciosa racha !)
+ Un cariño malcorrespondido... no, sería más preciso decir "un cariño sin correspondencia".

Lo que más me gusta de Cortázar es que permite divagar en su compañía,
es como una regla y uno no se pierde, lo sigue con la cabeza aquí y allá, con el cerebro haciendo 'clic' a la menor provocación.

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