Destinario
La Luna es mala consejera, no la escuches: lo único que quiere es atiborrar a los noctámbulos de amor y que, empachados, suspiren fuerte y claro. Porque la Luna es incurable golosa de suspiros, y le encantaría que reventaran. Ay, Luna, lunera: consejitos a los grillos; nunca es demasiado el amor. Ilustración: Maya Selene Texto: Roxanna Erdman Llevas tanto tiempo allí que no sabes que el laberinto ya no existe; hace mucho que desapareció. Igual que las columnas de neblina que formaban el techo en ese cuarto maltrecho y desolado. El rostro siempre hundido en otros pensamientos no te permite reconocer mucho. Qué importa; de cualquier forma, ya no tienes ninguna esperanza de salir de allí. Aunque... si levantas la vista por un momento, si consigues percibir un ruido lejano; si reconoces, aunque consigues percibir un ruido lejano; si reconoces, aunque no lo recuerdes haberlo visto, un hueco en la pared... Asómate, alguien te llama. Todos tienen su conejo blanco y hay que seguirlo. Se h...