Noche

Al abrir la puerta le invadió la densa oscuridad, a tientas se dirigió a la recamara, esta se encontraba llena de la hermosa luz de la luna que se filtraba por el ventanal justo al lado de la cama, sobre esta pudo distinguir claramente la desnuda silueta de la mujer, de espaldas, cubierta solo de una tenue sabana de seda.

Ella dormía placidamente, el suave movimiento de la respiración era su único movimiento, se acerco lentamente, fue inevitable dibujar con un suave roce de la mano la figura de aquel hermoso cuerpo, con este sutil toque de las yemas de la mano se desprendió la prisión de seda, dejando al descubierto aquel cuerpo.

Al llegar a los pies, el camino de retorno fue tomado por los labios que besaban suavemente la piel expuesta, un ligero estremecimiento delato el despertar de la mujer, en un mudo complot permaneció inmóvil, disfrutando el recorrido de aquellos labios que subían por su cuerpo lentamente.

Aquellos besos cubrieron por completo las piernas, las caderas, la espalda en su totalidad, acercándose desde los hombros atacaron sin miramientos el cuello, la pasión ya fue incontrolable, abriendo los ojos ofreció sus labios al invasor, la lucha pasional dio inicio con desenfrenado ímpetu.

El amanecer se acercaba, era hora de partir cuando la primer palabra se pronuncio, abrazada le pidió con dulce voz –Prométeme que al despertar, no te olvidaras de este sueño- antes de que el pudiera contestar sonó la alarma, 5:30 hrs. Sólo, en la cama despertó.

L.A.